El artista catalán, un hombre de pocas palabras que inventó un poderoso y expresivo vocabulario de signos visuales y lingüísticos, cambió el curso de la pintura moderna, desde sus innovadores lienzos de mediados de los años 20 hasta la serie de las Constelaciones de 1940-41 y los trípticos de los años 60 y 70. La mayoría de las obras de esta

exposición están hechas cuando el artista tenía ya ochenta años y se hallaban en su estudio en el momento de su muerte. Al seleccionarlas, la comisaria María de Corral dice que “no he querido en ningún momento hacer una muestra antológica del último periodo de la vida creativa de Miró, sino una exposición de intensidades, de momentos, de series en donde el espectador se pueda enfrentar cara a cara con la vitalidad, la capacidad de maravillarse, el don de la curiosidad, la emoción y agresividad de un artista al final de su vida”.