Carmen F. Sigler. Cuaderno de bitácora. 37°09’06.6”N 3°34’29.0”W
DÍA INTERNACIONAL DE LOS MUSEOS 2020
Sombras. Virus y diversidad
Lunes 25 de mayo de 2020
https://centroguerrero.es/
Vídeo. 5 min 20 s
Este vídeo, subtitulado con las coordenadas de mi casa, nace a partir de ideas, sensaciones y reflexiones que he ido anotando en un cuaderno junto a una serie de dibujos durante los pasados dos meses de cuarentena.
La pieza audiovisual está compuesta de tres partes tituladas Registro 1#, 2# y 3#. En cada uno de los registros se realiza una acción en un lugar de la casa. En esta entrega el vídeo contiene los registros 1 y 2.
Registro 1#. Esquivar el ruido y búsqueda de zona segura. La acción se sitúa en la terraza de mi casa. Me voy colocando en distintas posiciones; en algunas de ellas una onda electromagnética se sitúa encima de mi cuerpo, suena una alarma y voy moviéndome para esquivarla. En los lugares en que no suena la alarma me quito la mascarilla y respiro. Finalmente me coloco en un lateral del encuadre, dejando espacio, y pronuncio esta frase: «Un lugar para cada uno de los seres vivientes».
«Desconocemos cuándo pasaremos el umbral de rotura, el punto de no retorno para la humanidad. Y esta pandemia podemos verla como una señal, un síntoma, la fiebre que nos avisa de nuestro comportamiento enfermizo frente al equilibrio del planeta, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Confiemos en que tras el virus venga una revolución humana. Somos nosotros, personas dotadas de razón, quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta» (Byung-Chul Han, «La emergencia viral y el mundo de mañana»).
Este texto me ha servido de herramienta crítica para concebir el Registro1#. He recordado las películas de ciencia ficción de los años sesenta, que hablaban de un futuro en el que nos veríamos rodeados de ondas y rayos que harían inviable nuestra existencia. Ese futuro ya ha llegado. Es imperativo que despertemos nuestra conciencia como vía para reevaluar el impacto que nuestra especie tiene sobre el planeta. Las personas no somos los únicos seres vivos que tienen su mundo en la tierra. La vida actual no permite que podamos ver la totalidad.
En la última parte de la pieza Registro1# participan un grupo de personas que individualmente pronuncian la frase «Un lugar para cada uno de los seres vivientes», mientras se desplazan a un lado, dejando simbólicamente ese espacio, ese lugar para el otro, el otro human@ y los otros seres vivientes. Con esta acción conjunta he querido poner en valor el poder colectivo que podemos llegar a tener las personas, y también hacer visibles los cambios en nuestra forma de comunicación en este tiempo en que la frontera es nuestro propio cuerpo, y en el que pensar en el otr@ es importante.
Registro 2#. El juego de la simbiosis. La acción se sitúa en el jardín. Coloco un círculo blanco delante de mi cara a modo de pantalla, y en él van apareciendo distintas formas de vida de las que formo parte. La explicación de lo humano no está encerrado en el propio cuerpo, sino que se transforma y se redefine continuamente.
«Debemos encontrar, recuperar nuestro lugar en el mundo en función de lo real simbiótico, es decir, a partir de la comprensión de que nuestra existencia está atravesada por otras existencias, no porque dependamos de ellas, sino porque somos simbióticamente parte. La actual crisis medioambiental hace patente la urgencia de abandonar la visión antropocéntrica y entender que no somos el punto final del planeta. El cuerpo humano contiene casi cien billones de microorganismos con asociaciones simbióticas muy diversas que colaboran en todas sus funciones. En este prolífero hábitat, solo el diez por ciento del material genético es humano. Somos parte de un colectivo de seres en simbiosis permanente, evolucionando y adaptándose a través de la vida. En el microcosmos, formados por microorganismos, y en el macrocosmos, como una pequeña criatura dentro de la biosfera planetaria» (Timothy Morton, Sobre la coexistencia futura).