La exposición que Rubén Guerrero (Utrera, Sevilla, 1976) presenta en el Centro José Guerrero profundiza en sus motivaciones y preocupaciones en torno al conflicto constante entre imagen y pintura, una tensión perpetua entre lo que vemos o pensamos y su representación que caracteriza su trayectoria desde que comenzara. Considerado uno de los autores más destacados de su generación en España, quizás el aspecto más relevante de este proyecto sea la manera en que a lo largo del recorrido se va mostrando su proceso de trabajo, que comienza con una serie de contundentes cuadros de gran formato para terminar desvelando el modo en que logra fijar, a partir de maquetas que él mismo construye, determinados conceptos pictóricos. De personalidad cartesiana, la obra de Guerrero nace del deseo y la curiosidad antes que de la premeditación. De hecho, para él la pintura no es la traducción de una idea previa, sino algo imprevisible que se gesta de forma orgánica en el mismo momento de su ejecución. La clave es saber conjugar intuición y control.

El proyecto de Granada se centra, casi en su totalidad, en los últimos cinco años, aunque habrá algunas piezas anteriores a la pandemia. En líneas generales, continúa con sus investigaciones en torno a las posibilidades de un lenguaje elástico y en continuo cuestionamiento como la pintura, destacando varias aportaciones significativas con respecto a planteamientos anteriores. La principal, el protagonismo que ha adquirido ahora una serie nueva más abstracta y esquemática relacionada con diagramas de movimiento que poseen su propia coherencia, en muchos casos vinculados a su actividad en el estudio. Esta ampliación de su vocabulario potencia de manera dialéctica su estilo, que se va amplificando hasta alcanzar una dimensión más abierta. La comparativa entre cuadros muy elaborados y otros poco enfatizados, subraya las diferencias y genera un tipo de energía fructífera de voces contrapuestas. Guerrero se siente cómodo en ambas situaciones, son como el haz y el envés de una misma cosa, los asume como aproximaciones complementarias donde se equilibran opciones más minimalistas y fluidas con otras más laboriosas que pueden tardar meses en concluirse. Las obras mayores poseen un tono escenográfico y responden a problemáticas gramaticales que persiguen la abstracción desde la figuración. Los diagramas funcionan a la inversa: parten de la abstracción teniendo como objetivo lo real y concreto.

  • Fechas: Desde el 30 de enero al 26 de abril de 2026
  • Lugar: Centro José Guerrero
  • Organiza: Centro José Guerrero. Diputación de Granada
  • Comisariado: Sema D’Acosta