No son muchos los artistas que actualmente conjugan consenso crítico y popularidad. William Wegman (Holyoke, Massachusetts, 1943) es uno de ellos. Por una parte, su nombre es conocido en los circuitos más institucionales del arte contemporáneo, como demuestra el hecho de que numerosos museos internacionales hayan mostrado su obra (una obra polifacética que abarca los lenguajes del dibujo, la pintura, el happening, la fotografía y el vídeo-arte). Pero por otra parte ha extendido su labor a otros sectores de la industria cultural, donde ha ganado una fama mucho mayor de la que está al alcance de los primeros: ha realizado libros para niños, ha hecho películas y ha participado en algunos de los más populares programas de televisión.

Todas estas actividades que, después de Warhol, han dejado de considerarse espurias desde el mundo del arte, explotan específicamente una sola de las facetas del autor, pero quizá la más querida por él: su trabajo con los perros. En 1970 adquirió un ejemplar de la raza Weimaraner (una de las más originales, antiguas y misteriosas razas caninas) al que llamó Man Ray, que al poco se convirtió en uno de los animales más fotografiados de la historia.

Lo cierto es que William Wegman se ha convertido en uno de los artistas que más ha profundizado la idea del retrato, y que más ha renovado de hecho el género con un gesto, a la vez que contemporáneo, clásico.

  • Fechas: 16 de octubre de 2003 al 25 de enero de 2004
  • Lugar: Centro José Guerrero
  • Organiza: Centro José Guerrero
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