Raja y grieta. El aire en Guerrero. La colección del centro vista por los artistas: Jesús Zurita

La Colección del Centro Guerrero se exhibe de nuevo al público a partir del próximo 7 de julio tal como nos la presenta, en esta ocasión, Jesús Zurita. El artista establece un particular diálogo entre su propia obra, compuesta en su mayor parte por grandes murales pintados para esta exposición, con una singular muestra de la obra de Guerrero, con la cual compone a su vez grandes murales que generan encuentros plásticos insólitos.

Jesús Zurita reflexiona sobre esta convergencia pictórica: «Puedo decir que he estado y he permanecido intensamente en la obra de Guerrero. He comprendido que sus composiciones participan de la estructuración trémula que supo vislumbrar en Rothko. La vibración está en su totalidad y en sus partes, en el poder de la masa incontestable y en los pequeños resquicios en los que descubrimos la imprimación original del lienzo. Pero la composición de Guerrero no tiembla como condición previa al hundimiento. Su casa se mantiene porque asume sus rajas y sus grietas. Forman parte de su ingeniería. Guerrero pinta con rajas y grietas». En el encuentro con su obra se crea algo: «Un vínculo. Es el aire turbado que conecta los huecos de nuestras vísceras con el palpitar de los huecos que bullen en la pintura a través del hueco que separa nuestro cuerpo del lienzo. Cerrando los ojos podemos incluso oír resuellos. Una respiración compartida. Aire que viene y va».

Pintura en voz baja. Ecos de Giorgio Morandi en el arte español

La muestra explora la recepción en nuestro país de Giorgio Morandi (Bolonia 1890-1964), un artista cuya obra trasciende la misma piel de la pintura casi sin pretenderlo. Su voz susurrante se instala en una verdadera poética del silencio, concitando afectos y entusiasmos en sensibilidades artísticas de la mayor diversidad y riqueza, a lo largo de varias generaciones de artistas españoles en parte aquí reunidos. Un recorrido que se pretende más conversacional que sentencioso: un camino abierto; un punto de encuentro al abrigo de un legado generoso y fecundo.

Aunque desde posturas alejadas entre sí, Giorgio Morandi compartió con José Guerrero una misma persistencia en la pintura. Una resistencia contumaz que, en el caso del segundo, explica una de las líneas de actuación del Centro a él dedicado: la que atiende a las modulaciones de la pintura actual, con independencia de su adscripción a una u otra corriente.

Obras de: Giorgio Morandi, Alfredo Alcaín, Fernando Almela, Juan José Aquerreta, Ángel Bados, Nati Bermejo, Joan Cardells, Javier Codesal, Gerardo Delgado, Juan Manuel Díaz-Caneja, Marcelo Fuentes, Miguel Galano, Jorge García Pfretzschner, Joan Hernández Pijuan, Carmen Laffón, Jaime Lorente, Antoni Llena, Fernando Martín Godoy, Santiago Mayo, Pedro Morales Elipe, Teresa Moro, José Miguel Pereñiguez, Gerardo Rueda y Cristino de Vera.

 

Una exposición producida con la colaboración del     logo-ministerio_red

Detrás de la línea, por favor. La Colección del Centro vista por los artistas: José Piñar

Esta es la primera de una nueva serie de exposiciones de la colección del Centro Guerrero. Después de quince años de presentaciones sucesivas, el Centro ha querido ceder el testigo a los artistas para que sean ellos, cada cual en función de sus intereses, quienes seleccionen la obra de Guerrero y la pongan a dialogar con la obra propia. El primer invitado es José Piñar (Granada, 1967), pintor reflexivo y dueño de un repertorio de recursos y registros que le ha permitido evolucionar constantemente, pero manteniendo siempre la coherencia.

Piñar ha entendido el encargo del Centro como una oportunidad para desplegar un sugerente ensayo visual. A través de su mirada, la colección se presta a un recorrido articulado en cuatro capítulos diferenciados (uno por planta) que en conjunto desarrollan temas como la actividad física de la creación; la recepción de la obra; la atención que a esta le presta el visitante del museo; el efecto acumulativo de la producción en la psique y biografía de su autor. Estos asuntos tejen entre sí un relato complejo con sus propias subtramas y reenvíos, que, además de irse desplegando durante la visita a la exposición, queda trazado en el catálogo por el artículo que Carlos Martín ha escrito para la ocasión, en estrecha colaboración con el artista.

José Piñar no es un hijo artístico de José Guerrero. Y acaso sea eso lo que le permite apartarse levemente, retroceder hasta chocar con algo, y luego avanzar hasta el límite que permite el museo. Desde esa perspectiva oscilante, Piñar ha encontrado algo nuevo que decir sobre Guerrero. Nos lo muestra en esta exposición. Para verlo, conviene guardar la distancia apropiada. Detrás de la línea, por favor.

CABAÑAS PARA PENSAR

La relación de los escritores, filósofos y artistas con sus espacios de creación siempre ha fascinado a los estudiosos de la literatura y la estética. Partiendo de esta base nace la exposición Cabañas para pensar, un proyecto de Eduardo Outeiro comisariado por Alfredo Olmedo y Alberto Ruiz de Samaniego. A través de los lugares escogidos por once creadores fundamentales de la Modernidad, se lleva a cabo una investigación que pone de manifiesto la importancia de la organización del espacio de pensamiento en el acto de creación. En este sentido, el entorno escogido por todos ellos para el desarrollo de su creatividad se reduce (en apariencia solamente) a una mínima expresión arquitectónica, inmersa en la mayoría de los casos en una naturaleza a veces exhuberante, otras agreste y minimalista. El nexo de unión entre todos estos autores y los lugares que escogieron para trabajar es sin duda una vuelta a un cierto primitivismo consciente, más factible de llevar a cabo a finales del siglo XIX o a principios del XX que en el momento actual, pero que sin embargo constituye un ejemplo de voluntad purificadora del acto creativo con respecto a lo que ya comenzaba a conformarse como un estilo de vida fundamentalmente urbano del que era muy difícil huir; sin duda un toque de atención con respecto a la vorágine informativa y sociológicamente (auto)consciente y autorreferencial que padecemos hoy en día. Esta elección consciente, ya presente de forma muy clara en la experiencia fundadora del americano Henry David Thoreau y su cabaña Walden, configura los ejemplos más radicales de esta vuelta del eremitismo espiritual: la polaridad entre la ‘vuelta al origen’ y el ‘renacimiento vital’ en que se orienta una vida dedicada exclusivamente a las cosas esenciales de la existencia. Deseo de vivir, en palabras del propio Thoreau, “del modo más profundo, extrayendo de la vida todo el jugo posible”.

De este modo, Cabañas para pensar analiza una serie de ejemplos de arquitecturas íntimas y esenciales a través de un conjunto de fotografías realizadas en los lugares en los que están emplazadas estas construcciones, además de sus planos arquitectónicos correspondientes, maquetas y documentación diversa como, por ejemplo, una selección de herbarios de cada uno de los lugares en los que están situadas la cabañas. La exposición plantea un estudio de la relación existente entre la intimidad escogida conscientemente y el proceso creativo por parte de los filósofos Ludwig Wittgenstein y Martin Heidegger, los compositores Edvard Grieg y Gustav Mahler, el dramaturgo August Strindberg, los escritores Knut Hamsun, George Bernard Shaw y Virginia Woolf, el poeta Dylan Thomas, el cineasta Derek Jarman, y, por último, el explorador y escritor Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia.

LOS COLEGIOS EXPONEN

Desde su inauguración en el año 2000 el Centro José Guerrero, a través de su programa de difusión, ha ido ampliando el marco de actuación entre sus distintos públicos reales y potenciales –más de 38.000 participantes de 115 localidades de la provincia– con propuestas como las que presenta esta tercera convocatoria de Los colegios exponen. Una actividad dirigida al profesorado y su correspondiente alumnado de Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria para abordar plásticamente en el aula un contenido curricular, o al margen de este, y exponer a continuación el trabajo resultante en las salas del Centro tras una selección previa.

Con esta propuesta pretendemos, asimismo, ampliar al ámbito de los propios centros educativos el vínculo ya existente –a través de las otras actividades de nuestro programa de difusión– entre la comunidad educativa de la provincia y el Centro José Guerrero. Los colegios exponen es una iniciativa que, volcada hacia el arte contemporáneo, propicia una práctica representativa de nuestro tiempo al margen de la inadecuada referencia al “trabajo manual”, proponiendo interrelacionar forma e idea.

Para esta tercera convocatoria hemos contado con la complicidad de los docentes de Educación Infantil del colegio público La Purísima (Jun), que presenta un trabajo sobre el género del autorretrato como forma de exploración de la propia imagen y de la visión que los niños tienen de sí; en la Escuela Infantil Luna los niños han fotografiado sus propios procesos de trabajo como una forma de descubrir lo que les rodea; el colegio público Virgen del Mar (La Rábita) presenta una visión muy personal de los espacios cotidianos de los alumnos de 6º de Primaria a través de series de fotografías; los alumnos de 3º y 4º de Primaria del C.E.I.P. Hermanos Coronel Velázquez (Píñar) presentan una serie de vídeos en los que tratan el tema de la percepción del espacio y las emociones que nos provoca; y el colegio Alquería participa por medio de un grupo de 5º de Primaria que muestra mediante una serie de vídeos distintas formas de percibir el color.

Los colegios exponen es una actividad con la que el Centro José Guerrero de la Diputación de Granada reafirma la proyección provincial de su programa educativo, al dar visibilidad en nuestro espacio museístico el trabajo plástico que profesorado y alumnado viene desarrollando en las aulas de sus propios centros.

TRANSDUCTORES. PEDAGOGÍAS COLECTIVAS Y POLÍTICAS ESPACIALES

TRANSDUCTORES*. Pedagogías colectivas y políticas espaciales es un proyecto cultural que incluye la puesta en marcha de seminarios y talleres de formación, la construcción y exposición de un archivo relacional, el trabajo con agentes locales y la edición de diversas publicaciones. TRANSDUCTORES es un proyecto organizado y producido por el Centro José Guerrero de Granada en colaboración con Aulabierta, el Ministerio de Cultura y la Universidad Internacional de Andalucía.

TRANSDUCTORES pretende investigar y activar iniciativas en las que se articulen de manera flexible las prácticas artísticas, la intervención política y la educación, a partir de la acción de colectivos interdisciplinares.

*Un transductor es un dispositivo capaz de transformar o convertir un determinado tipo de energía de entrada en otra diferente de salida. En la teoría de redes sociales los “transductores” actúan como disparadores o catalizadores de cambios sociales, abriendo nuevas posibilidades de transformación, más integrales y sostenibles con el contexto.

Dentro de este marco general, que pretende investigar y activar iniciativas en las que se articulen de manera flexible las prácticas artísticas, la intervención política y la educación a partir de la acción de colectivos interdisciplinares, el Centro José Guerrero presenta, del 1 de diciembre al 14 de febrero, una muestra de los casos de estudios que se incluyen en el Archivo Relacional del proyecto:

Ala Plástica (Argentina)
AREA (Chicago)
Atelier d’architecture autogérée (París)
Aulabierta (Granada)
Center for urban pedagogy (New York)
Fátima Group United + City arts (Dublín)
Learning Site (Copenhague)
Oda projesi (Galata, Estambul)
Peter Dunn + Loraine Leeson + Community Poster Project (Londres)
Plattform (Londres)
REPOhistory (Nueva York)
Temporary Services (Chicago)
Wochenklausur (Viena)
+ Cartografía experiencias nacionales

LOS COLEGIOS EXPONEN

“Yo creo que hay que empezar con los niños y llevarles a los museos y enseñarles poco a poco en las escuelas”

                                                                                                                                                             José Guerrero

Estas palabras de José Guerrero (Granada, 1914 – Barcelona, 1991), uno de los más relevantes artistas plásticos españoles de la segunda mitad del XX, nos permiten presentar, desde una perspectiva eminentemente educativa, el Centro de Arte José Guerrero de la Diputación de Granada. Una institución museística que se articula a partir de una colección -de obra de Guerrero- que conservar, exhibir e investigar, y de unos públicos -especialmente el procedente de los 168 municipios de la provincia- a los que hacer partícipes de una vivencia plástica y visual que aúne a un mismo tiempo la vertiente intelectual y emocional implícita en toda obra artística.

Desde su inauguración en el año 2000, el Centro José Guerrero, a través de su Programa de Difusión, ha ido ampliando su marco de actuación entre sus distintos “públicos” reales y potenciales -más de 31.000 participantes de 108 localidades de la provincia- con propuestas como la que representa esta segunda convocatoria de Los Colegios Exponen. Una actividad dirigida al profesorado y su correspondiente alumnado de Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria, en la que abordar plásticamente en el aula un contenido curricular o al margen de este, para exponer a continuación el trabajo resultante en las salas del Centro -tras una selección previa- al inicio del curso escolar.

Con esta propuesta pretendemos, asimismo, ampliar al ámbito de los propios centros educativos el vínculo ya existente -a través de las otras actividades de nuestro Programa de Difusión- entre la comunidad educativa de la provincia y el Centro José Guerrero. Los Colegios Exponen es una iniciativa que, volcada hacia el arte contemporáneo, propicia una “práctica artística” representativa de nuestro tiempo y al margen de la inadecuada referencia al “trabajo manual”, proponiendo interrelacionar forma e idea.

Para esta segunda convocatoria hemos contado con la imprescindible complicidad de unos docentes -por otro lado asiduos de otras parcelas de nuestro programa educativo- que han trabajado plásticamente con alumnos y alumnas de Educación Infantil en los colegios Jardín de la Reina de Granada y La Purísima de Jun, y de Primaria en el Colegio Alquería de Granada y el CEIP San Isidro Labrador de La Malahá.

Los Colegios Exponen es una actividad con la que el Centro José Guerrero de la Diputación de Granada reafirma la proyección provincial de su programa educativo, al recoger expositivamente en nuestro espacio museístico el trabajo plástico que profesorado y alumnos vienen desarrollando en las aulas de sus propios centros.

LUGARES COMUNES. LA EXPERIENCIA COLECTIVA EN EL VÍDEO LATINOAMERICANO

Lugares Comunes. La experiencia colectiva en el vídeo latinoamericano es una exposición que propone volver a pensar la relación entre el artista y la comunidad, por medio de nueve trabajos en vídeo procedentes de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, México, Puerto Rico y Venezuela. Distanciándose de los planteamientos que conciben al artista como una suerte de antropólogo, que realizaría un trabajo de campo destinado a situar al otro en el ámbito museístico (con dudosos criterios de autenticidad), los autores seleccionados para esta exposición rechazan la comprensión de la comunidad como una relación de pertenencia a una clase y ámbito social concretos, proponiendo diferentes modelos de discusión y relación de lo común.

Se valen, para ello, de distintas estrategias. Yoshua Okón ejerce una crítica paródica de las contradicciones del arte específico al lugar. René Francisco propone la inversión de roles entre artista y colectividad. Dias&Riedweg desarrollan una intensa pedagogía de la experiencia. Javier Téllez y Alexander Apóstol ensayan una ficción que desvela los discursos que limitan el lugar y la identidad. Destaca el intento de usar el conflicto que integra todo colectivo para dotar a éste de las herramientas con las que construir su propia representación, ya sea como elemento de intervención (caso de los trabajos de Allora&Calzadilla y Juan Manuel Echavarría), ya como elemento metafórico (caso de Miguel Ángel Ríos). Cercanos al llamado cine de exposición, al replanteamiento de la imagen documental o a la realización de la performance vinculada a la narración y al texto, los trabajos seleccionados entienden la comunidad sin finalismos, como una experiencia y una práctica en proceso continuo.

LOS COLORES DE LA CARNE

Las políticas de representación del cuerpo han merecido durante las últimas décadas una atención recurrente tanto en el mundo académico como en el del arte, y la consolidación de una perspectiva feminista dentro de lo que en el mundo anglosajón se conoce como Cultural Studies desde fines de los 60 y principios de los 70 ha contribuido a renovar sus modelos de representación. La cosificación del cuerpo, pero sobre todo su tratamiento como mercancía, ha centrado una buena parte de los análisis, necesariamente multidisciplinares, que mediante la intersección de disciplinas dispares (política de géneros, psicoanálisis, postestructuralismo, sociología de los media, antropología, postmodernismo, etc.) articulaba el debate ideológico entre ética y estética.

Frente a la avalancha de una iconografía de consumo masculino (erótica, pornográfica, publicitaria, etc.) las mujeres fotógrafas rehuyen los elementos efectistas (detalle, color, primeros planos, etc.) y los sustituyen por una  visión decididamente austera. Tal vez el elemento más característico y perceptible de esa estética de resistencia sea justamente la ausencia de color. El blanco y negro ha sido lo normal dentro de las posibilidades lógicas
y técnicas de una época: durante décadas los procedimientos de fotografía en color resultaban difíciles de controlar y los fotógrafos exigentes casi se  veían forzados a decantarse por la imagen monocromática. Pero sin llegar a las posibilidades que hoy nos ofrece la tecnología digital, desde los años 70 la industria fotográfica desarrolla nuevas emulsiones y sistemas de
revelado que, aunque concebidas preferentemente para el mercado de los aficionados, mejoran y simplifican sustancialmente las posibilidades de control de los resultados. En esa nueva tesitura la opción entre el blanco y negro o el color ya no es técnica sino retórica. Frente a los vistosos reclamos publicitarios y frente a las glamourosas revistas de papel couché, en unos momentos en que la fotografía en color parece más “natural”, automática, popular, económica y masificada (pensemos en los álbumes de familia, en la foto turística y de viaje, etc.), esas fotógrafas se aferran al blanco y negro como gesto político de respeto y como signo de neutralidad descriptiva.

Con todas estas series, Los colores de la carne aspira a dar voz (y ojos) a las mujeres, para que puedan ofrecer su versión de una problemática que les incumbe, pero también para que todos, sin distinción de género, comprobemos cómo la gestión de la mirada implica poder. Porque, como sostenía Susan Sontag, toda mirada señala una perspectiva ética.

GEOPOÉTICAS. EL VÍDEO COMO DOCUMENTO DEL LUGAR

Pese a que el cubo blanco del museo de arte contemporáneo se ha transformado con frecuencia en una caja negra cinematográfica, lo cierto es que la relación entre cine y videoarte continúa irresuelta y afectada por una mutua ignorancia.

Esta exposición aborda tal relación a partir de diez proyectos del videoarte de los últimos años, procedentes del contexto cultural y político de diferentes países del sur. Las obras seleccionadas ensayan una respuesta a la siguiente pregunta: ¿es posible una imagen en movimiento crítica y reflexiva sobre las condiciones de vida en la periferia, pero sin convertirse en un doble de los géneros y narraciones del centro?

En su conjunto, estos trabajos representan una expresión poética que, sin pretender ser un manifiesto, es capaz de constituirse en declaración política durante su exhibición pública. Se trata de documentos sobre el lugar realizados por los habitantes del lugar, reflexiones sobre el rastro del colonialismo en la cotidianidad, el desplazamiento y los flujos migratorios, la represión de las minorías, la transformación del trabajo material, el impacto del capitalismo en la tradición, la historia reciente como trauma, la opresión del nacionalismo, el fracaso de proyectos colectivos y la crisis de identidad de clases y sistemas políticos.

Estos diez trabajos abandonan las enunciaciones en primera persona y la obsesión con el tiempo, tan comunes en el videoarte de pasadas décadas, y suponen un retorno a lo narrativo a través de dos vías. Por una parte, la producción de la realidad con la adopción de la ficción cinematográfica y sus herramientas. Por otra, el análisis de la realidad tal y como se nos presenta a través de las diversas reelaboraciones del género documental. De este modo, entre la ficción y el documental, las obras presentes en esta exposición se vinculan con las cinematografías nacionales, pero también replantean la circulación sur-norte de las imágenes.