CARLOS LEÓN.PASAJES

José Guerrero, Paisaje horizontal, 1989

NOTA DE PRENSA

Carlos León. Pasajes

5 de octubre – 30 de diciembre de 2018.

Produce

Centro José Guerrero

Diputación de Granada.

Comisario

Francisco Baena.

Carlos León forma parte de la generación de artistas que, desde los años setenta del pasado siglo, se interesó por los nuevos caminos de la abstracción pictórica y fue alcanzada por el efecto Guerrero. Así quedó patente con su participación en la muestra comisariada por Mariano Navarro en el Centro José Guerrero en 2006.

Su obra ha tenido en el expresionismo abstracto un referente fundamental, ampliado con las revisiones y herencias que de él se han venido produciendo. Su ambición e intensidad le hicieron revivificar algunos elementos originarios (la gestualidad automatista que llega a Twombly, la implicación en el cuadro de todo el cuerpo a la manera de los action painters, la amplitud de los planos de Rothko o Newman) con un ímpetu y una apertura que lo han conducido a regiones inexploradas. Tras un largo y profundo camino de formación, Carlos León ha logrado una madurez en la que lleva más de una década instalado, produciendo una obra de plenitud. Esta exposición es una buena muestra de ella, así como un homenaje que el pintor quiere tributar a su amigo y maestro José Guerrero.

LA COLECCIÓN DEL CENTRO VISTA POR LOS ARTISTAS: ANDRÉS MONTEAGUDO

Exposición

Intrusos

La Colección del Centro vista por los artistas:

Andrés Monteagudo

5 de julio – 23 de septiembre de 2018

CENTRO JOSÉ GUERRERO

 

Organiza

Centro José Guerrero

Diputación de Granada

 

Colabora

Ayuntamiento de Granada

 

Comisario

Andrés Monteagudo

Intruso: Advenedizo, extraño, ajeno, forastero, enquistado, meteco. Se aplica a la persona que está en un sitio sin derecho a estar en él, que se mezcla indiscretamente con gentes de distinta condición que la suya.

Atendamos a los grandes soñadores de rincones, de grietas, de agujeros. La propuesta de Andrés Monteagudo (Granada, 1970) para la serie de exposiciones de la Colección del Centro a los ojos de artistas actuales parte de una observación que en él es obsesiva de los espacios marginales de la arquitectura y las fisuras que se producen en los elementos estructurales y constructivos. De allí proviene la figura del intruso, que propone conjugar en varios niveles.

Intrusos son los habitantes no invitados de esos espacios inesperadamente abiertos. Intruso es, a su imagen, el artista, que ocupa ese lugar al dirigir su mirada y su curiosidad hacia una posición casi de voyeur  ante lo que sucede en esas zonas que se han ido creando con el tiempo por las características del material, el envejecimiento, el asentamiento del terreno, causas ambientales o inducidas por otros seres. Algo sucede allí, en esos nuevos territorios: seres inadvertidos los recorren, dejando sus huellas en ángulos privados. Y al igual que ellos han invadido su hábitat, Monteagudo invade la privacidad y cotidianidad de su universo creado.

Pero no se queda ahí. La misma mirada intrusiva la dirige hacia la obra de José Guerrero. Monteagudo es un intruso que analiza la estructura constructiva de sus lienzos y pinturas. Recorre con voracidad las capas de materia depositada a brochazos y ya seca, las sensaciones y vivencias que el pintor plasmó en sus telas. Algo sucede. Advierte elementos no originales en las obras. También aquí, grietas, fisuras imprevistas que aparecen y se suman al óleo, el barniz y los pigmentos tal como los dispuso el autor en su forma conclusa, que dejó firmada. Nuevas intrusiones en las estructuras de Guerrero, con las que cohabitan.

Y aún propone un nuevo nivel de intrusión: la del espectador. Monteagudo lo entiende como cómplice de esta operación invasiva desde el momento en que atraviesa el umbral de la sala expositiva, lo empuja al intrusismo tanto en la arquitectura como en la obra de Guerrero y en la suya propia. Y quiere hacerle sentir que, a la vez que él observa, mira y reflexiona, también es observado, mirado y reflexionado por los otros intrusos que, con él, cohabitan en el mismo momento en el lugar donde se encuentra.

UN CAMPO OSCURO

Exposición

Un campo oscuro

13 de abril – 24 de junio de 2018

CENTRO JOSÉ GUERRERO

Produce

Centro José Guerrero

Diputación de Granada

Comisario

Óscar Fernández

Proyecto en colaboración con la Alianza Francesa de Granada.

El germen de esta exposición habría que rastrearlo en un asunto tan antiguo como inacabado: la relación problemática entre la imagen y la escritura, entre mirar y leer. De hecho, el propio proyecto y los artistas que lo desarrollan se proponen habitar ese problema, nunca resolverlo. Esta es la razón por la que el espacio de la exposición se asemeja a un campo de batalla salpicado de ruidos, colisiones y tachaduras. Nuestro propósito es trabajar en este lugar convulso, a veces hermético, donde la dificultad se transforma en estimulante desafío.

Textos contra imágenes, y viceversa. La primera sección de esta exposición está instalada en la primera planta. En ella se propone una visión panorámica de distintos episodios del arte y la literatura contemporáneos en los que las bases de la conversación entre el texto y la imagen se han construido sobre la violencia y el enfrentamiento. En esta sala podemos encontrar algunas piezas, publicaciones y manifiestos de las distintas vanguardias artísticas europeas, desde el constructivismo al surrealismo, pasando por el letrismo. Todas ellas conviven con piezas actuales que nos sitúan, igualmente, en un escenario de confrontación. Algo que se encuentra a años luz de la espesa capa de indiferencia que parece haber impuesto el fin de la modernidad.

Ya desde el origen de todas las viejas querellas, descubrimos esta condición irreconciliable como un leitmotiv que se extiende incluso hasta aquellas vanguardias deseosas, paradójicamente, de hacer converger lectura y mirada. Es, en suma, la fluctuación del intelecto hacia la carne, del mundo espiritual frente al mundo sensible, y viceversa, la que se condensa en el conflicto de la escritura contra la imagen, de la literatura contra la pintura. Y, aunque la estética del siglo XX ha venido a dinamitar tan longevo dilema, las obras seleccionadas en esta exposición demuestran que arrastramos aún hoy el estigma de aquella confrontación. Siguiendo a Vilém Flusser, tal vez en la lucha entre textos e imágenes resida el problema central de la historia.

Pintar lo invisible, nombrar lo indecible es la sección que ocupa la segunda planta. En ella se presta atención al modo en que esta deriva conflictiva de la imagen contra el texto ha permeado al ámbito de lo pictórico. De manera que ahora la batalla parece haberse desplazado desde la hoja en blanco del libro a la pared del museo. Además, esta sección asume el conflicto antes referido como una tarea sin solución, sin vencedores ni vencidos. Por lo que es la imposibilidad de gobernar una catástrofe lo que se impone.

Cuando la pintura representa la imposibilidad de crear sus propios objetos, del mismo modo que la escritura dice su imposibilidad de seguir diciendo, emerge un arte que no se da a ver, abocado a arrojar oscuridad sobre quien lo enfrenta. Esa es la oscuridad de la que esta segunda parte de la exposición quiere dar cuenta también. Para ello proponemos una serie de proyectos que fuerzan la invisibilidad congénita de las cosas exteriores hasta el punto de que esa invisibilidad misma se convierta en una cosa que se puede ver y hacer ver. Obras realizadas por artistas obstinados en la diabólica dificultad de su tarea. Siendo, de hecho, en lo inasequible del desafío donde encuentran su razón de ser. «Es ahí ‒decía Samuel Beckett‒ donde comienza por fin a ver, en la oscuridad. En la oscuridad que ilumina la mente».

En este sentido, rastreamos una serie de piezas de diversa cronología en las que el arte se ha negado a escribir con claridad y donde la mirada ha sido denigrada. Momentos en los que la oscuridad ha ganado la partida, produciendo un tipo de obras que son conciencia de una desgracia, no su superación, como sentenciaba Maurice Blanchot. Esta propuesta aspira, pues, a reclutar una audiencia cómplice que se aventure con nosotros en esta zona de conflicto donde lo evidente no tiene lugar. Transitemos esta oscuridad iluminadora donde cerraremos los ojos para que emerja otra forma de mirar.

La exposición reúne veinticinco obras de veinte artistas, entre piezas audiovisuales, instalaciones, escultura, obra gráfica y pictórica y libros de artista. Su arco cronológico abarca todo el siglo XX y llega hasta la actualidad: encabezan la nómina de autores Mallarmé, Marinetti, Juan Ramón Jiménez, Alekséi Gan o Magritte, seguidos de obras de Broodthaers, Ian Hamilton Finlay, Maurice Lemaître, William Klein, Baldessari, Rémy Zaugg, Fernando Millán, Klingelhöller, Alfredo Jaar, Ignasi Aballí, Marine Hugonnier, Javier Pividal, Rosa Barba, Michalis Pichler y Greta Alfaro, que aporta una obra producida expresamente para esta muestra.

LUIS GORDILLO. CONFESIÓN GENERAL

Luis Gordillo. Confesión general

6 de octubre de 2017 – 14 de enero de 2018

CENTRO JOSÉ GUERRERO

MUSEO DE BELLAS ARTES. PALACIO DE CARLOS V.
CONJUNTO MONUMENTAL DE LA ALHAMBRA Y GENERALIFE

Produce
Centro José Guerrero. Diputación de Granada
Patronato de la Alhambra y Generalife
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo
Centro Gallego de Arte Contemporáneo
Koldo Mitxelena Kulturunea

Comisarios
Juan Antonio Álvarez Reyes
Santiago Olmo

LUIS GORDILLO (Sevilla, 1934) ha mantenido a lo largo de toda su carrera, que sigue activa sesenta años después de sus inicios, una tensión creativa que lo ha convertido en un artista de referencia para la cultura contemporánea y símbolo de la vitalidad de la pintura. Su extensa producción se ha caracterizado desde siempre por hacer más y más complejas las categorías estéticas y los problemas derivados del ejercicio y la reflexión de una disciplina que ha llevado más allá de los marcos preestablecidos, enriquecida con todo tipo de influencias.

La presente muestra propone un recorrido cronológico por las sucesivas etapas del artista sevillano, desde finales de los años cincuenta hasta sus obras más recientes. En ella se ponen de relieve sus metodologías de trabajo: la serialidad, el dibujo como vertebrador de su producción o el uso a la vez experimental y documental de la fotografía. La exposición se articula en dos sedes interdependientes: en el Centro José Guerrero se presentan las etapas iniciales hasta finales de los años setenta, y en el Palacio de Carlos V de la Alhambra, los trabajos de los años ochenta a la actualidad.

Dentro del Centro José Guerrero, la planta baja se organiza alrededor de un nutrido conjunto de cabezas de mediados de los sesenta, emparentadas con el pop británico. En la primera planta prosigue su investigación con los tricuatropatas, los peatones y los automovilistas, series en las que Gordillo asienta un lenguaje personal en el que coexisten elementos figurativos y geométricos. La segunda planta subraya el trabajo con la fotografía, que en los años setenta sería fundamental, con obras como La sirenita y Secuencias edipianas. La sala mirador, por último, funciona como un flash-back, un salto en el eje temporal hacia los inicios de Gordillo, que dialogan por primera vez con el otro pintor reivindicado por la joven generación plástica española de finales de los setenta y los ochenta: José Guerrero. Los dibujos automáticos de finales de los años cincuenta del sevillano, que registran su conexión con el informalismo de sus comienzos en París, comparten el espacio con las bioformas que el granadino alumbró apenas unos años antes en Nueva York, ofreciendo una interesante doble imagen de la evolución del surrealismo a la abstracción en dos de los escenarios principales de la vanguardia de posguerra.

En el Palacio de Carlos V de La Alhambra, la exposición inicia poniendo de relieve la estrecha conexión que se da en su obra entre los setenta y los ochenta entre el uso experimental de la fotografía, el offset y pruebas de imprenta, el collage, y el dibujo que proviene de la caricatura y el cómic, con una pintura en la que se funden lo figurativo de raíces pop, la gestualidad construida y controlada, y un cierto plano de abstracción. Los complejos y variados años ochenta, están representados principalmente por la serie de los meandros, que conecta con el dibujo automático informalista y con una visión científica de lo orgánico y del cuerpo como fragmento; los años noventa se sintetizan en cuadros con un sentido escenográfico y espectacular que el artista fotografía compulsivamente durante su ejecución mostrando las infinitas combinatorias que aparecen en el proceso; los 2000 se caracterizan por la experimentación con soportes y técnicas así como por la incorporación de lo digital en clave pictórica; y el recorrido termina con una nueva serie de cabezas realizadas en el año 2015.

LA COLECCIÓN DEL CENTRO VISTA POR LOS ARTISTAS: PALOMA GÁMEZ

Dieciocho colores para un ensayo.
La Colección del Centro vista por los artistas: Paloma Gámez

6 de julio – 17 de septiembre de 2017
CENTRO JOSÉ GUERRERO

Organiza
Centro José Guerrero. Diputación de Granada

Colabora
Ayuntamiento de Granada

Comisaria
Paloma Gámez

Dieciocho colores para un ensayo es la tercera entrega de la serie La Colección del Centro vista por los artistas. La protagoniza Paloma Gámez (Bailén, 1964), cuya obra, tras veinte años de carrera, se caracteriza por su metódico y constante trabajo con el color, por su análisis, sus experimentos de formalización, el estudio de su percepción e incluso por las propuestas de renovación a la hora de exponerlo. Naturalmente, no está sola en ese empeño; por el contrario, se inscribe en una tradición que incluye grandes nombres internacionales, y tiene en José Guerrero a uno de sus protagonistas históricos. Pero además de compartir el interés por el color, para explicar la génesis de la exposición hay que sumar que Gámez, como colaboradora del Centro, es una gran conocedora de la colección del granadino.

Para su propuesta ha elegido un conjunto de obras en las que el color, ya desde el título, construye la forma, una cuidada selección de guerreros que presenta en la planta primera. En la planta baja, titulada 84.084 mililitros de color, la pintura parece haber resbalado de los lienzos sujetos al bastidor y atravesado el techo para caer al suelo, sobre el que han ido sedimentando las capas sucesivas hasta conformar curiosas esculturas cuya única materia es esa: la pintura, que también en este caso construye la forma, pero no extendiéndose en el lienzo, sino depositándose en un molde. En la segunda planta, titulada 420.367 segundos de color, en vez de la materia el protagonista es el espíritu del color: la pura luz, a cuyo despliegue asistimos y en cuyas ondas nos sumergimos, siguiendo una sucesión y atendiendo a unos tiempos que se corresponden con las proporciones de cada croma en los cuadros. En la última planta, 120.316 centímetros cuadrados de color, contemplamos una bonita síntesis de continente y contenido: los colores que habitan el Centro, los de Guerrero, se disponen como lentes, filtros o ventanas a través de los que mirar Granada, simbolizada en las cresterías de la Catedral. El conjunto es un ejercicio que aúna el análisis riguroso con la inspiración más feliz, para ofrecer un diálogo original entre la esencia de la pintura (de Guerrero): el color, y la de la arquitectura: el espacio. Un ejercicio que expande la pintura mucho más allá de los límites del cuadro y aúna otros medios: escultura, instalación, vídeo, materia, tiempo.

LOUIS FAURER

Exposición

Louis Faurer
6 de abril – 25 de junio de 2017
CENTRO JOSÉ GUERRERO

 

Organiza
Centro José Guerrero. Diputación de Granada

Comisaria
Agnès Sire

Horario
De martes a sábado y festivos: de 10:30 a 14:00 h y de 16:30 a 21:00 h
Domingos: de 10:30 a 14:00 h
Lunes no festivos: cerrado
Visitas comentadas: martes a las 19:00 h

Proyecto en colaboración con la Fondation Henri Cartier-Bresson de París

Calle Oficios, 8. 18001 Granada
T +34 958 220119.  www.centroguerrero.org

 

Accidente, Nueva York, 1952 © Louis Faurer Estate. Cortesía Deborah Bell

Esta exposición, coproducida con la Fondation Henri Cartier-Bresson de París, brinda la oportunidad de contemplar por primera vez en España la obra de Louis Faurer (Filadelfia, 1916-Nueva York, 2001). Permite descubrir, a través de un centenar de imágenes y documentos, a uno de los grandes fotógrafos del siglo XX, cuya visión poética, entre vanguardista y documental, ha contribuido singularmente al desarrollo del lenguaje fotográfico y al conocimiento de la vida urbana en los Estados Unidos de posguerra.

Surgido en el apogeo de la generación beat, Louis Faurer encontró su inspiración en los personajes y los paisajes de la ciudad de Nueva York en los años 40 y 50 del pasado siglo. Sus imágenes, relacionadas con las del cine negro, hallaron particularmente en Times Square y Union Square un microcosmos ante el que puso su cámara para registrar la actividad diaria y el comportamiento urbano modernos.

Las fotografías de Faurer, como las de su contemporáneo y compañero Robert Frank, pueden entenderse como una meditación existencial o como un examen de la psicología americana de posguerra. Revelan la interioridad, el aislamiento del individuo en medio de la multitud, la vulnerabilidad. Pero también aportan frescura compositiva, búsquedas geométricas, hallazgos de sorprendentes yuxtaposiciones a base de reflejos y dobles exposiciones. Con una cámara de 35 milímetros, Faurer creó imágenes granuladas de bajo contraste, a menudo borrosas, que dotaban a su trabajo de un aura de autenticidad a la que contribuían sus enigmáticos personajes, muchos de ellos marginados socialmente. Fue un gran innovador artístico, un autor experimental de culto y un pionero de la fotografía de calle.

Esta muestra está constituida por un centenar de fotografías y documentos. Su ordenación obedece en primer lugar al orden cronológico: en la planta baja del Centro José Guerrero se muestran las fotografías realizadas por el joven Faurer en Filadelfia y las primeras tomas de Nueva York a principios de los años 40; en la planta primera se exhibe la obra de la segunda mitad de los 40, y en la segunda la de los años 50 y algunas posteriores. Sin embargo, en cada planta se presenta el conjunto correspondiente atendiendo a diversos criterios que enriquecen la visita; se proponen distintos grupos de imágenes asumiendo la lógica del montaje en las salas del Centro. El carácter cinematográfico de las escenas de Faurer fue algo reconocido en su momento, lo que se ha tratado de subrayar sugiriendo posibles secuencias; en otros casos el montaje se ha reducido a su mínima expresión, aislando dos imágenes que, juntas, precipitan un tercer sentido. Algunas fotos se separan del resto, independientes, o bien sirven de puente entre grupos. Y otros conjuntos obedecen a criterios formales o temáticos. De este modo se propicia un paseo más ameno por el mundo de Faurer, con descansos y cambios de ritmo, y se sugieren las infinitas variaciones posibles del universo visual del autor, reflejo de la infinitud de vidas entrelazadas en el corazón de la ciudad moderna.

La exposición ha sido comisariada por Agnès Sire, directora de la Fondation Henri Cartier-Bresson, en cuya sede de París se mostró esta restrospectiva en los últimos meses de 2016, en colaboración con el Estate Louis Faurer de Nueva York, la galería Howard Greenberg de Nueva York y con Deborah Bell Photographs. El catálogo de la exposición ha sido publicado por Steidl. Contiene dos textos firmados por Louis Faurer y Walter Hopps, así como un ensayo escrito por Susan Kismaric. Está a la venta en inglés, junto con un cuaderno editado para la ocasión por el Centro José Guerrero con la traducción de los textos y la aportación novedosa de la escritora Esther García Llovet.

FACBA 17. JACOBO CASTELLANO Y ALBERT CORBÍ

El Centro Guerrero acoge la inauguración oficial del FACBA 2017

El museo dependiente de la Diputación expone los proyectos de Albert Corbí y Jacobo Castellano, las dos primeras muestras de un festival que salta en esta edición de la Facultad de Bellas Artes a la ciudad de Granada

FACBA, Festival de Artes Contemporáneas, es un programa cultural impulsado por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada. Este año, en su novena edición, propone un nuevo modelo más ambicioso, basado en una estructura de colaboración institucional que desborda el ámbito universitario para generar un gran evento en la ciudad de Granada en torno a la investigación y producción en arte contemporáneo. De esta forma, presentará en distintas salas una serie de exposiciones con proyectos realizados por artistas vinculados a la UGR. El Centro José Guerrero ha participado en la organización del evento, acogiendo dos de las seis exposiciones del programa general.

La diputada provincial de Cultura, Fátima Gómez, ha destacado que “para la Diputación es un honor ser la anfitriona de esta presentación oficial y es un placer poner a disposición del programa uno de nuestros equipamientos culturales de referencia: el Centro José Guerrero. Me consta que la misma sinergia que existe históricamente entre la Universidad de Granada y la Diputación se ha producido, en mayor o menor grado, entre las distintas instituciones, tomadas de dos en dos, de tres en tres, etc. Yo brindaría porque esto fuera el germen de un logro mayor, una vieja aspiración del sector en nuestro ámbito local, provincial e incluso regional”.

El vicerrector de Extensión Universitaria de la UGR, Víctor Medina, ha destacado que el Festival de Artes Contemporáneas apuesta este año por aumentar la presencia de la Facultad de Bellas Artes en la ciudad de Granada y por colaborar en el desarrollo del proyecto “Granada, ciudad de la cultura”. En este sentido, el decano de dicha Facultad, Francisco José Sánchez Montalbán, ha calificado el día de hoy como “un día especial, que vamos a recordar durante mucho tiempo, por el proceso de evolución del FACBA, que cambia de escala, sale de la Facultad a la ciudad y se hace presente en Granada”.

El comisario de esta edición, Juan Jesús Torres, ha diseñado junto al equipo de dirección de FACBA un programa de becas para tres artistas invitados (Albert Corbí, David Escalona y Jacobo Castellano) y tres seleccionados (Carmen Oliver, Carlos Aguilera y María Dávila), que a lo largo del curso 2016/2017 están desarrollando una serie de proyectos inspirados en las colecciones de la Universidad de Granada, que se exhibirán a partir de ahora en distintos espacios expositivos de la ciudad.

En concreto, el Centro José Guerrero acogerá, entre el 17 de febrero y el 26 de marzo, los proyectos de Albert Corbí y Jacobo Castellano.

Jacobo Castellano (Jaén, 1976) ha desarrollado la obra “Sobre bulas, juegos y brechas” basado en una bula del papa Clemente VII (1531) que legitimaba las actividades académicas en la ciudad de Granada y que está considerada como una de las piezas más importantes de la colección histórico-artística de la Universidad. Jacobo Castellano encuentra una relación interna entre la profunda carga histórica de la bula y el hallazgo casual de unos juguetes hechos a mano por niños ingresados en el Hospital Real en tiempo desconocido. La misma parábola se desarrolla en un Cristo anónimo del año 1330. La pieza, cuidadosamente restaurada, tiene una brecha entre el hombro y la espalda que impide su movimiento. Esa fisura permite una nueva lectura en diálogo con la obra de José Guerrero La brecha de Víznar.

Albert Corbí (Alcoy, 1976) en su proyecto “Modificación de horizonte” gira en torno al extraño vínculo que se establece entre la visión (como vigilia) y el territorio, a partir de la bahía de Portmán en la región de Murcia y la playa de Valdevaqueros en Tarifa (Cádiz). Corbí despliega en fotos, libros y vídeo, un estudio sobre la vigilia, entendida esta como la toma de realidad a través de lo irreal, de la imagen.

Todos los proyectos de FACBA 2017 serán expuestos entre los meses de febrero y marzo, en diferentes espacios culturales y artísticos de la ciudad: Centro José Guerrero, Sala Zaida de Caja Rural, Museo CajaGranada, Sala de Exposiciones de la Facultad de Bellas Artes, Centro Cultural Gran Capitán y la Sala Capilla del Hospital Real de la Universidad de Granada.

FACBA es un programa cultural impulsado por la Facultad de Bellas Artes de Granada con la colaboración del Área de Artes Visuales de La Madraza. Centro de Cultura Contemporánea, el Secretariado de Bienes Culturales de la Universidad de Granada, la Asociación Ongoing, el Centro José Guerrero, la Concejalía de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Granada, la Fundación CajaGRANADA y la Fundación Caja Rural. Colaboran la Corrala de Santiago e Ínsula Sur.

 

CRONOGRAMA EXPOSITIVO

Inauguración Jacobo Castellano

Fecha inauguración: 17 de febrero

Lugar: Centro José Guerrero

Hora: 20 horas

Inauguración Albert Corbí

Fecha inauguración: 17 de febrero

Lugar: Centro José Guerrero

Hora: 20 horas

Inauguración David Escalona

Fecha inauguración: 20 de febrero

Lugar: Capilla del Hospital Real

Hora: 20 horas

Inauguración María Dávila

Fecha inauguración: 22 de febrero

Lugar: Museo CajaGranada

Hora: 20 horas

Inauguración Carmen Oliver

Fecha inauguración: 1 de marzo

Lugar: Centro Cultural Gran Capitán

Hora: 20 horas

Inauguración Carlos Aguilera

Fecha inauguración: 9 de marzo

Lugar: Sala Zaida. Caja Rural

Hora: 20 horas

 

XIV CICLO DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA

CENTRO JOSÉ GUERRERO
14, 21 Y 28 DE NOVIEMBRE DE 2016
Organiza: Centro José Guerrero de la Diputación de Granada
Colabora: Asociación de Amigos de la OCG

Entrada gratuita limitada al aforo de la sala

El próximo lunes, 14 de noviembre, se celebrará en el Centro José Guerrero el primer concierto de su ciclo anual de música contemporánea. Este año 2016 el ciclo cumple su décimo cuarta edición y muestra una vez más la vitalidad de un programa bien consolidado que es todo un referente en Andalucía para la difusión de la música de los siglos XX y XXI. Se adjunta el cartel del ciclo completo, con las notas al programa de los tres conciertos.

Lunes 14
20:30 h
EL CHELO DEL SIGLO XX
Arnaud Dupont, violonchelo

TERCERA SUITE PARA VIOLONCHELO SOLO OP. 87 de Benjamin Britten (1913-1976)
MADRIGAL (IN MEMORIAM OLEG KAGAN) de Alfred Schnittke (1934-1998)
SUITE PARA VIOLONCHELO SOLO de Gaspar Cassadó (1897-1966)

Lunes 21
20:30 h
ACCIÓN POÉTICO MUSICAL BAJA EN COLESTEROL
Alberto García Demestres

Lunes 28
20:30 h
MONÓLOGO
Atsuko Nerishii, violín

ÉLÉGIE de Igor Stravinsky (1882-1971)
CHACONA PARA VIOLÍN de Jesús Torres (n. 1965)
AL HOMBRE SOLITARIO QUE ARRASTRA UN VIOLÍN de Juan de Dios García Aguilera (n. 1959)
ZAYIN VI de Francisco Guerrero (1951-1997)

 

Nueva York en fotolibros

28 de octubre de 2016 – 5 de febrero de 2017

CENTRO JOSÉ GUERRERO
Organiza y produce: Centro José Guerrero. Diputación de Granada
Comisario: Horacio Fernández

En estos momentos de crisis y replanteamiento de la industria editorial, ha reaparecido con fuerza el libro compuesto por fotografías, el fotolibro, inventado en los años de entreguerras y protagonista de una rica historia que continúa hasta la actualidad. Los últimos años han sido una edad dorada para los fotolibros, en los que se encuentra lo mejor y más innovador de la fotografía actual. Esta situación ha tenido su reflejo en los museos, que ahora consideran obras decisivas objetos que hasta hace poco se recluían en bibliotecas y centros de documentación. Pero surge un problema a la hora de  presentarlos en público en las salas de exposiciones, donde las fotos ya no pueden mostrarse como objetos autónomos, enmarcados como si fueran cuadros.

La cuestión es: ¿cómo disponer libros en las salas? ¿Cómo llevar el fotolibro a la experiencia del museo? La lectura privada no es la solución en un espacio público. No es posible tener los libros en las manos, pasar sus páginas según el ritmo que cada cual desee, lograr sensaciones como el olor de la tinta o el tacto del papel. Tampoco tiene sentido exponer simplemente los objetos aislados en vitrinas, encerrados y con su contenido inaccesible. Es preciso ensayar nuevos modelos, experimentar sistemas de presentación y lectura de las imágenes y textos que forman conjuntamente secuencias.

Nueva York en fotolibros ensaya, con carácter experimental, un modo de socializar esa lectura privada, tan limitada en el museo. Por un lado expone los objetos originales, y por otro presenta todo su contenido para conseguir mostrar la puesta en página, el diseño, los juegos de escala, los blancos, su montaje en el libro, que es lo que crea una continuidad específica que supera la limitación de la foto aislada.

La historia del fotolibro trabaja sobre estas cuestiones. El comisario de la muestra, Horacio Fernández, es uno de los precursores de esa historia y de sus exposiciones. Nueva York en fotolibros es un nuevo capítulo de este relato.

Recogemos en el Centro José Guerrero una selección que, sin pretensiones canónicas, presenta medio centenar de libros editados en distintos países durante el siglo XX. En ellos Nueva York es el objeto de un sin fin de miradas y  sensibilidades, en una gran variedad de aproximaciones visuales: el reportaje, el documental, la foto viajera, el souvenir del turismo, la arquitectura, la propaganda, el arte conceptual, la cultura de archivo, la combinación de palabra e imagen, la experimentación formal y, sobre todo, la fotografía callejera, protagonista de la mejor historia de la foto en la segunda mitad del siglo XX.

Fotolibros como Changing New York, de Berenice Abbott; Naked City, de Weegee; New York de William Klein; The Sweet Flypaper of Life, de Roy Decarava y Langston Hughes; A Way of Seeing, de Helen Levitt o East 100th Street de Bruce Davidson, entre otros de los que se presentan en nuestras salas, han fascinado a varias generaciones de lectores, coleccionistas y visitantes de exposiciones por la calidad del trabajo de los fotógrafos, pero también de los diseñadores gráficos, escritores, editores y todos los demás que han formado los equipos creadores de los mejores fotolibros, siempre obras colectivas que se aproximan mucho más al cine que a las artes plásticas convencionales.

Algunas de las mejores páginas de los libros escogidos en Nueva York en fotolibros se reproducen en el catálogo de mismo título, editado en colaboración con la editorial RM. En él, cada libro es comentado específicamente por numeroso autores: artistas, coleccionistas, conservadores de museos, curadores, editores, escritores, fotógrafos, historiadores, periodistas, una polifonía que multiplica las perspectivas sobre la ciudad, y que reproduce la propia riqueza cultural y urbana de los libros y la ciudad que los protagoniza.

48 libros con alrededor 8.000 fotografías en blanco y negro y color editados entre 1931 y 2002 en Estados Unidos, Europa y Japón por 50 fotógrafos

(Berenice Abbott , Nobuyoshi Araki , Fernando Arrabal , Anthony Aviles, Cecil Beaton , Werner Bischof, Édouard Boubat, Mario Bucovich , Henri Cartier-Bresson , Don Charles , Bruce Davidson, Roy DeCarava, Raymond Depardon , Claudio Edinger, Walker Evans, Sam Falk , Arno Fischer , Juan Fresán, Eva Fuková, Bruce Gilden, Lewis W. Hine, Evelyn Hofer, Karol Kállay, André Kertész, Keizo Kitajima, William Klein, Victor Laredo, Helen Levitt, Lórinczy György, Danny Lyon, Oriol Maspons, Daido Moriyama, Ugo Mulas, Jon Naar, Nobuo Nakamura, Miloň Novotný, Hasse Persson, Robert Rauschenberg, Thomas Roma, Tana Ross, Kees Scherer, Ken Schles, Marie Šechtlová, Aaron Siskind, Suzanne Szasz, Julio Ubiña, Weegee, Ryan Weideman, Edward M. Weyer, Jan Yoors)

LA COLECCIÓN DEL CENTRO VISTA POR LOS ARTISTAS: JESÚS ZURITA

Jesús Zurita establece un dialogo único con Guerrero a través de grandes murales

La exposición “Raja y grieta. El aire en Guerrero”, inaugurada hoy en el Centro Guerrero de la Diputación, podrá visitarse hasta el 2 de octubre

La Colección del Centro Guerrero se exhibe de nuevo al público hasta el próximo otoño bajo la presentación insólita del artista plástico Jesús Zurita (Ceuta, 1974). El artista, afincado en Granada desde que era estudiante en la Facultad de Bellas Artes, establece un particular diálogo entre su propia obra, compuesta en su mayor parte por grandes murales pintados para esta exposición, con una singular muestra de la obra de José Guerrero, con la cual compone a su vez grandes murales que generan encuentros plásticos insólitos.

La diputada provincial de Cultura y Memoria Histórica y Democrática, Fátima Gómez, ha señalado durante la presentación que esta exposición es la segunda muestra, tras la de José Piñar “Detrás de la línea, por favor” de una serie titulada “La Colección del Centro vista por los artistas” en la que jóvenes artistas locales dialogan con la obra de José Guerrero y revitalizan de esta forma la Colección del Centro Guerrero, dependiente de la Diputación de Granada. Gómez ha recordado que José Guerrero se caracterizó siempre por ayudar a los jóvenes artistas de las nuevas generaciones.

La concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada, María de Leyva, ha destacado que “el Centro Guerrero es uno de los espacios más importantes de la cultura granadina y que el consistorio presta su colaboración en este ciclo al tratarse de “un juego de espejos entre el artista consagrado y el artista joven”.

El director del Centro Guerrero, Francisco Baena, ha recordado que la exposición supone  “el broche de la relación de Jesús Zurita con José Guerrero y con el propio Centro, que se remonta a una exposición colectiva en 1999, pasa por su colaboración en la muestra “El efecto Guerrero” en 2006, junto a Simón Zabell y despunta en el ciclo de conferencias “Cuarenta pinturas en busca de voz” en 2014.

Por su parte, Jesús Zurita ha reconocido su importante vínculo con el museo, primero como visitante y montador de exposiciones y luego por su amistad personal con el arquitecto responsable del Centro, Antonio Jiménez Torrecillas. Zurita ha justificado la creación de grandes murales en su voluntad de vincular al espectador espacial y emocionalmente en ese diálogo artístico con José Guerrero, el ambiente, el aire, aquello que vincula la obra con la experiencia del espectador. La exposición es, en definitiva, una singular ascensión por el museo a través de sus cuatro plantas”.